En el conflicto armado casi no hubo resistencia al avance de los yihadistas. El ejército sirio, el apoyo ruso, el de Irán y hasta las milicias que había enviado Hezbolá huyeron, abandonando a su suerte al al-Asad. Las versiones indican que el mandatario escapó del país con su familia, a destino todavía desconocido.