Es posible caminar por un pequeño tronco tirado sobre un riacho en la misionera ciudad de Bernardo de Irigoyen y pasar a Brasil en 3 segundos. Algo más al Norte, en Salvador Mazza, Salta, a 50 metros de un puesto fronterizo se puede entrar a una prolija casa por la puerta ubicada en una calle argentina y caminar unos pasos por el interior vacío y salir por el patio ubicado en el territorio boliviano. O subirse a una cámara de auto, en Aguas Blancas, y dejar que el río Bermejo haga lo suyo con su enorme corriente para llevar algún que otro paquete al otro lado de la frontera, en el sur de Bolivia.