“¿Cómo se va a llamar Fernández & Fernández? ¡Póngale un nombre!”, solía quejarse Jorge Newbery, cada vez que se sentaba a su mesa en el restaurante de la esquina de Salta e Hipólito Yrigoyen (que entonces se llamaba Calle de la Victoria), del que era habitué. En 1908, después de haberse hecho un lugar en la Historia al cruzar por primera vez el Río de la Plata en el globo aerostático Pampero, quien luego habría de convertirse en el pionero de la aviación argentina le dijo a uno de los dueños del local: “¿Por qué no le cambia el nombre y le pone El Globo o Pampero?”.