“Entre el torneo de los campeones del mundo y la Copa Argentina no te alcanza para cubrir los micros de los hinchas… Pero el club es de los socios”, posteó hace algunos días Juan Sebastián Verón, con emoticones de risa y cansancio o indignación, cuando citó la información de que en Brasil el campeón de la Copa nacional se lleva un premio de U$S18.000.000. El presidente de Estudiantes, parado en la vereda contraria a la que habita la AFA, tiene claro su camino, lo que pretende para que el club de sus amores, según su visión, les haga frente a los temores y crezca aún más de lo conseguido: la inversión privada. Entonces, sin preguntar, aceleró y decidió ser el primer pie que cruzó la línea para irse al sector más próximo a las tan debatidas Sociedades Anónimas Deportivas: en las últimas horas firmó un preacuerdo con un magnate estadounidense.