La transformación de la Fontana di Trevi: tradición y modernidad
La costumbre de lanzar monedas en la Fontana de Trevi tiene raíces muy antiguas, que se remontan a los tiempos de los antiguos romanos, quienes hace milenios arrojaban monedas en cursos de agua, ríos, lagos y fuentes para obtener la benevolencia de las divinidades acuáticas y para propiciarse la buena suerte. La tradición que exigía que la moneda utilizada estuviera fuera de circulación se ha perdido y hoy en día, sean euros, dólares o yenes, ya no hace diferencia, ese aura mágica ha sido reemplazada por multas, pasarelas de metal gris y una piscina artificial. Así es como ha cambiado el lugar de culto del turismo de la Capital. ¿Qué cambia? La fontana de Trevi, envuelta en una atmósfera de misterio y superstición, ha llevado consigo durante años una serie de rituales que la caracterizan desde que los romanos tienen memoria. Poco antes de las ocho de la mañana comenzaba la recolección de la avalancha de monedas lanzadas por los turistas en las aguas para ganarse la fortuna. Durante el G20 de 2021, los grandes del mundo se concedieron la oportunidad de tentar la suerte lanzando una moneda en las aguas de la fuente, pero desde este año la tradición ha sido radicalmente transformada. La actual restauración ha introducido una piscina temporal para la recolección de las monedas, que permite recolectar alrededor de 10,000 euros a la semana, destinados a la Caritas para el apoyo a las personas en dificultad. Esta mañana se ha inaugurado la pasarela temporal en la Fontana de Trevi, un recorrido elevado que permite a los visitantes una perspectiva cercana del célebre monumento, incluso durante los trabajos de mantenimiento extraordinario. A hacer los honores de casa fue el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, quien primero cruzó la estructura acompañado por el asesor de Cultura, Massimiliano Smeriglio, y el superintendente capitalino Claudio Parisi Presicce. "La perspectiva es realmente espectacular", declaró Gualtieri, destacando cómo la pasarela ofrece una oportunidad extraordinaria para admirar de cerca las estatuas de la fuente sin ser penalizados por los trabajos, que continuarán hasta diciembre. El acceso es gratuito y limitado para garantizar una experiencia de visita agradable y bien organizada. Pero también la fortuna tiene los minutos contados: en la estructura podrán entrar hasta 130 personas a la vez. La pasarela permanecerá abierta todos los días de 9 a 21, con horario postergado desde las 11 solo los lunes y viernes. Control de accesos y multas La inauguración de la pasarela ha suscitado un debate encendido, en parte por la presencia de la llamada "piscinita" de recolección de monedas, elemento repropuesto por la restauración de 2014. El alcalde ha defendido con convicción esta decisión, explicando cómo el lanzamiento de las moneditas en la piscina temporal tiene un doble propósito. Por un lado, se evita que el lanzamiento directo sobre la fuente dañe el monumento; por otro, la iniciativa tiene un importante aspecto social. "Solo en una semana se han recolectado diez mil euros con la piscinita", explicó Gualtieri. "Gracias a esto, más de mil personas han recibido una comida, y la Caritas ha podido continuar su valiosísimo trabajo de apoyo a los más débiles". Para mantener el orden y el decoro en el recorrido elevado, el Ayuntamiento ha establecido algunas reglas estrictas: está prohibido lanzar moneditas sobre la pasarela misma o consumir comidas durante la visita. Quien infrinja estas disposiciones será sancionado con una multa por parte de las autoridades presentes. La gestión de los accesos y la supervisión de la pasarela están a cargo de Zetema, que empleará a cinco personas para gestionar el flujo de visitantes. "Esto nos permite experimentar una gestión de flujos más humana también para el futuro", agregó Gualtieri, subrayando que la pasarela no solo permite una visión excepcional, sino también un uso más ordenado y menos abarrotado del monumento. Un recorrido temporal, pero a la vanguardia La pasarela actual se diferencia ligeramente de la estructura instalada en 2014. Esta nueva versión se ha realizado en solo cuatro días y requerirá igualmente tiempo para ser desmontada, una mejora sustancial respecto al mes de instalación necesario en la restauración anterior. Además, la nueva pasarela ha sido diseñada para respetar los más altos estándares de accesibilidad internacionales, con pasamanos a diferentes alturas y una barandilla más baja. "Nos importa mucho la Fontana de Trevi, que es patrimonio de la humanidad", recordó el alcalde, explicando que el agua de la fuente todavía proviene del acueducto Virgen, construido por Marco Vipsanio Agrippa y funcionando ininterrumpidamente desde la antigua Roma. "Nos recuerda las maravillas de los acueductos romanos y la importancia del agua como bien común y universal", concluyó, llamando la atención sobre el valor histórico y artístico de la fuente, además de la importancia del mantenimiento regular.